Las opiniones personales son importantes porque cada persona tiene derecho a expresar sus pensamientos y sentimientos sobre un tema, incluso si no están de acuerdo con la opinión mayoritaria. Por otro lado, la opinión de una figura pública puede tener un impacto en la opinión pública, especialmente si la persona tiene una gran influencia o poder.
Es importante tener en cuenta que la opinión de una figura pública puede tener un mayor alcance y efecto en la sociedad que la opinión personal de un individuo promedio. Por lo tanto, las figuras públicas tienen una mayor responsabilidad al expresar sus opiniones y deben ser cuidadosas al hacerlo.
Cuando una figura pública hace comentarios ofensivos, discriminatorios o insensibles, puede causar daño y dolor a grupos específicos de personas, así como crear tensiones y divisiones en la sociedad. Esto puede llevar a la pérdida de confianza en esa figura pública y en la institución que representa o peor aún, dividir un pueblo utilizando una posición de “poder” para imponer ese criterio.
Tan reciente como en el 2019 mensajes personales, homofóbicos y carentes de prudencia causaron la salida de su puesto al Gobernador de Puerto Rico. Por ser una figura pública esos mensajes causaron la indignación colectiva que exige se hiciera responsable de sus expresiones.
Un atleta de alto rendimiento puede convertirse en una figura pública, cargando consigo una responsabilidad que no solicitó pero le fue otorgada por la sociedad. Por lo tanto, se espera que puedan utilizar su plataforma para promover causas sociales importantes y contribuir a la comunidad.
Las figuras públicas, por decisión o consecuencia, tienen que ser conscientes de este impacto y de la responsabilidad que tienen al expresar sus opiniones personales. Deben ser cuidadosos al hacer declaraciones públicas y asegurarse de que no promuevan actitudes o comportamientos discriminatorios, dañinos o que puedan ser percibidos como irresponsables.
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